La relación entre familias y escuelas es vital en el desarrollo y la educación integral de los estudiantes. La participación positiva de las familias, entendida como una alianza donde ambas partes colaboran activamente, puede generar un impacto significativo en el aprendizaje y el desarrollo socioemocional de los niños.
La literatura académica define la participación de las familias como parte del trabajo parental dedicado a la atención y cuidado de la educación de los hijos. Esta participación se manifiesta a través de acciones como brindar apoyo en las tareas escolares, asistir a actividades escolares, visitar el aula, asumir roles de liderazgo y participar en la toma de decisiones, entre otras actividades (LaRocque, Kleiman & Darling, 2011).
Se ha evidenciado que durante la etapa infantil es cuando se observa una mayor participación de las familias en la educación (Gomáriz-Vicente et al., 2016; Gálvez, 2020). Sin embargo, esta participación tiende a decaer en etapas posteriores, lo que plantea un desafío para las escuelas en su esfuerzo por mantener a las familias involucradas.
El Barómetro Socioemocional
El Barómetro Socioemocional es una herramienta diseñada para proporcionar información sobre el estado de la colaboración entre familias y escuelas. Evalúa seis tipos de colaboración, bajo el modelo propuesto por Joyce Epstein, desde la percepción de los padres y apoderados, ayudando a identificar áreas fuertes y áreas que requieren mejora.
Crianza: Ayudar a las familias a entender el desarrollo de los niños y adolescentes, estableciendo condiciones en el hogar que apoyen a los niños como estudiantes. También implica ayudar a las escuelas a comprender mejor a las familias.
Comunicación: Garantizar una comunicación eficaz entre la escuela y las familias sobre programas escolares y el progreso de los alumnos, facilitando el flujo de información de la escuela al hogar y viceversa.
Voluntariado: Mejorar el reclutamiento, la capacitación y la gestión de horarios para involucrar a los miembros de las familias como voluntarios en la escuela, apoyando a los alumnos y los programas escolares.
Aprendizaje en casa: Involucrar a las familias en las actividades de aprendizaje que los niños realizan en el hogar, incluidas tareas y decisiones relacionadas con el currículo y el desarrollo de habilidades y talentos.
Toma de decisiones: Fomentar la participación y el liderazgo de los padres en consejos escolares, equipos de mejoramiento, comités consultivos y otras estructuras de toma de decisiones.
Colaboración con la comunidad: Identificar e integrar recursos y servicios de la comunidad para apoyar a las escuelas y a las familias en sus esfuerzos por mejorar la educación de los alumnos.
Sánchez, A., & Reyes, F. (2023). Construcción y validación de una escala de participación familiar en la educación. Calidad en la Educación, (59), 6-27
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